El circo entra a clases
10 cursos de 5 escuelas de la comuna de Lo Prado dejan entrar al circo a sus clases. Trasladan el aula hasta El Circo del Mundo para realizar un circuito circense asociado directamente a sus contenidos curriculares y necesidades educativas. El circo como complemento de aprendizajes dentro y fuera de la sala de clases.
El circo entra a la clase. Durante una mañana, estudiantes de Lo Prado se trasladan hasta El Circo del Mundo para realizar un circuito donde conocen como se preparan los artistas en la Escuela de Artes Circenses, minutos más tarde, ellos aprenden y practican circo. La actividad finaliza integrando ambos mundos en una reflexión colectiva y lúdica.
La práctica del circo aporta desarrollo personal, colectivo y social, desarrolla capacidades socioemocionales como la autoestima, valoración y proyección de capacidades, logro de objetivos, trabajo en equipo, entre otras. El circo transforma, El Circo del Mundo lo ha comprobado en sus 20 años de vida, y este circuito pretende ampliar su campo de transformación dando un salto directamente dentro del aula para vincular más estrechamente las destrezas físicas, cognitivas y de expresión que se ocupan en el arte del circo con los procesos educativos en colegios, facilitarlos, mejorarlos, aportar a los profesores y escuelas con nuevas herramientas y posibilidades de aprendizaje más integral.
Se trata de un proyecto gracias a la adjudicación del financiamiento del Fondo de Fomento al Arte en la Educación (FAE) del Consejo Nacional de las Artes con el objeto de que los colegios, profesores y alumnos salgan fortalecidos en sus procesos formativos y aprendizajes.
“La educación formal de las escuelas puede potenciarse conociendo los procesos del circo, como se aprende, conociendo conceptos claves como confianza, expresión, respeto, que son parte de ‘aprender circo’ y que pueden desarrollarse también en la escuela”, explica Francisco Alvarado, director de extensión de El Circo del Mundo y coordinado de este proyecto.
Este proyecto FAE es la posibilidad de conectar de manera más formal el arte con la escuela y la educación, enriqueciendo los procesos de aprendizaje y logrando mejores resultados. Francisco explica que el circo entrega herramientas desde el arte para una formación más integral. Este cambio no tiene que ver sólo con recursos, sino con cambiar los énfasis en la competitividad, donde niños y niñas quieren demostrar que tienen habilidades para ganar, demostrar que lo hicieron primero, mientras el circo te prepara para la frustración, tolerancia al fracaso, entre otras cosas y permite respetar la convivencia.
Niltón Gutiérrez, profesor del Circo del Mundo, dice que la experiencia de los niños con el circo les permite aprender que los valores como la confianza, el sentido del humor, el sentido de pertenencia o la perseverancia son fundamentales para aprender o para hacer cualquier cosa, para que surja la creatividad en todos los ámbitos.
También es la oportunidad de estrechar los vínculos territoriales, generar comunidad en Lo Prado, para potenciar las distintas iniciativas locales. Es importante que los niños sepan que en su territorio pasan cosas, “esto está pasando en su casa, en su barrio, que es una alternativa no sólo recreacional, si no una alternativa educativa, una forma de apoyar el trabajo de los docentes, entender un poco que la pega con los profesores es fundamentales”, dice Gonzalo Bustamante, parte de la Red Mediación Artística y parte de la iniciativa.
Técnicas de circo y contenidos curriculares
La relación de los contenidos y el circo se puede estrechar aún más. Niltón Gutiérrez es profesor del circo y quien trabaja directamente con los profesores y niños de las escuelas, dice que el circo tiene una directa relación con la matemática, con la geometría, física, partes de cuerpo humano o la biomecánica y en conjunto con los profesores harán ese cruce de experiencias para que sirva después en el aula, construyendo un repertorio de experiencias asociada a contenidos específicos.
La geometría está en la acrobacia, la pirámide humana o el mano a mano. Por ejemplo, en la pirámide hay que ponerse en línea recta, formando un ángulo de 180 grados. Si la figura no se hace bien, hace más fuerza, se cae. La idea es que sea una fuerza compartida por el grupo.
Hay una estructura en los circuitos que realizarán los cursos que visitarán El Circo del Mundo que permite el contacto de los dos mundos: arte del circo y escuela, pero también los contenidos se va conversando y construyendo junto a los profesores, “porque queremos que sea una forma de apoyar el trabajo de los docentes” dice Alvarado. Ellos ponen los énfasis, por ejemplo “si en el curso hay un problema de bullying nos lo cuentan, entonces, la conversación, los ejercicios y el trabajo circense que viven los niños y niñas van proponiendo este tema. Marcamos un punto desde el cual el mismo profesor pueda después vincularlo a sus contenidos, se acuerden de lo que vivieron durante su experiencia en el circo”, explica Gonzalo Bustamante.
El 14 de octubre iniciaron los circuitos de circo 30 niños y niñas del 7°A de la Escuela Estados Unidos 7° y el 27 de octubre será el turno de los estudiantes del 7° B del mismo establecimiento, luego lo harán el Colegio Vicente Huidobro y Jaime Gómez, ambos de la comuna de Lo Prado.